Esta mezquita la diseñó Zeynep Fadilloglu de Turquía, que se cree que es la primera arquitecta en especializarse en mezquitas. Presenta azulejos y esmaltados persas y turcos en tonos azules y dorados, lo que contrasta con los edificios circundantes. Su decoración está inspirada en el Palacio Dolmabahçe de Estambul y el minarete, la cúpula y el nicho de oración (mihrab) derivan de mezquitas famosas de todo el mundo musulmán. Junto a la mezquita se pueden ver los inconfundibles palomares en forma de torre oblonga con agujeros y posaderos para palomas. 

La segunda mezquita de Katara es más pequeña, pero no por ello menos llamativa. Se encuentra frente al anfiteatro y está revestida de azulejos dorados, que resplandecen al sol. 

Este anfiteatro de estilo griego clásico con una superficie de 3275 metros cuadrados refleja influencias islámicas, especialmente en sus entradas arqueadas. Tiene capacidad para 5000 espectadores y ofrece vistas espectaculares del mar por un lado y Cultural Village por el otro. The Force of Nature, una instalación artística que representa a la madre naturaleza lanzando el mundo con un trozo de tela, se encuentra entre el anfiteatro y el agua, y muestra la impotencia de la humanidad frente a la potencia de la naturaleza. 

Una caja de regalo gigante marca el comienzo de esta avenida del lujo. También puedes seguir el rastro de los coches de alta gama que dejan a los compradores en Galerías Lafayette, los emblemáticos grandes almacenes franceses. Katara High Street, con un potente sistema de refrigeración al aire libre y cristal de Murano, ofrece comodidad durante todo el año, sin impedimentos para cenar al aire libre en uno de los muchos cafés que bordean la calle.  

La amplia playa pública de Katara invita a los turistas a pasear, sentarse o participar en las actividades que prefieran. Se pueden alquilar equipos de playa y se ofrecen servicios de lancha rápida, kneeboarding, parasailing y esquí acuático que son, en su mayoría, asequibles. 

Al norte y al sur de Cultural Village se encuentran las Katara Hills. Sus paisajes frondosos, las instalaciones acuáticas y sus senderos ofrecen múltiples niveles de dificultad para excursionistas ocasionales y para senderistas avezados. Cuando subas a la cima de las colinas, recupera el aliento con las vistas del pueblo y el mar, especialmente con el resplandor del atardecer.  

Katara alberga algunos de los restaurantes más populares de Doha. Desde los wraps y el té de Chapati y Karak hasta los impresionantes puestos de marisco y pescados frescos en Lawazar, hay numerosas opciones de todo el Levante: Mamig (Líbano), Khan Farouk (Egipto) o Ard Canaan (Siria), así como Sukar Pasha (Turquía) y Saffron Lounge (India). ¿No te apetece sentarte a comer? Tasty Street cuenta con puestos con aún más opciones para picar sobre la marcha.