El desierto

En épocas pasadas, las tribus beduinas se desplazaban por el desierto y montaban campamentos, dejaban pastar a sus animales y comerciaban.  Hoy en día, esta tradición sigue arraigada en la cultura catarí con Al Enna, la temporada anual de camping invernal, durante la que los locales se adentran en el desierto en campamentos elaborados para volver a conectar con la naturaleza.  El desierto es una parte importante de la cultura local y alberga una cantidad asombrosa de actividades.  Desde relajarse junto a la tienda hasta conducir por las dunas o practicar paravelismo, el desierto es de todo menos aburrido.

El impresionante Inland Sea o Khor Al Adaid (el mar interior), lugar reconocido por la Unesco, se encuentra al sur de la ciudad y es uno de los pocos lugares del mundo en los que el mar se adentra en el desierto.  Si buscas una experiencia en el desierto verdaderamente auténtica, no hay nada mejor que un paseo en camello por las suaves dunas antes de aventurarte en un apasionante safari por el desierto por las dunas hasta Khor Al Adaid, accesible solo en vehículos 4x4.  Si, por el contrario, te gusta el surf y te sientes como pez fuera del agua, vive una experiencia única haciendo sandboard en las dunas o recórrelas dando un paseo en quad, todoterreno o buggy. ¿Prefieres disfrutar de una vista de pájaro? En ese caso podrás elegir entre parapente, kitesurf y más. 

Los visitantes pueden disfrutar del pasatiempo favorito de los cataríes, la acampada, durante el día, la tarde o la noche, con alguna de las múltiples empresas que ofrecen campamentos de estilo beduino (con todas las comodidades) en el desierto. La reserva alberga una rica fauna, vida marina y vegetación. Estate atento a las tortugas, flamencos, dugongos, antílopes árabes, camellos, etc.