El desierto rocoso o “hamada” es el ecosistema más común en Catar. Las rocas provienen de la erosión de la roca madre local y están unidas por las partículas de las tormentas de arena y de lluvia.

Las dunas fosilizadas de arena caliza, llamadas “jebels”, son famosas en Catar por las casi 900 grabados (petroglifos) presentes en sitios como Al Jassasiya. Se remontan a la época neolítica, y en ellas ilustraciones de antiguos juegos de mesa, soportes para perlas, avestruces y bagalas. 

Aunque no hay ríos permanentes en Catar, es posible que veas brotes verdes en los cauces secos llamados “uadis”. Debido a las repentinas inundaciones durante la estación lluviosa, estos cauces cortos (arroyos) atraen a una comunidad animal muy diversa de aves, gecos, agamas espinosos, erizos, serpientes y mucho más.

Los rawdah (palabra árabe que significa “fértil” o “pradera”), las dolinas y las cuevas demuestran que antaño existió una Arabia más húmeda. A medida que las aguas subterráneas disolvieron la roca carbonatada, se formaron dolinas y cuevas como la espectacular Dahl Al Misfir. Cuando estas bolsas subterráneas se llenan durante las lluvias de invierno, aparece vida en el agua y los exuberantes oasis verdes atraen a los roedores, aves, zorros y murciélagos del desierto.

Catar es famoso por sus sorprendentes dunas de arena en forma de medialuna en el desierto, que emiten un sonido mágico cuando mueves la arena, como si estuviesen cantando o tarareando. Las dunas de arena pueden parecer estáticas, pero se mueven hasta 10 metros por año. Si buscas emociones, las dunas de Catar ofrecen un sinfín de aventuras.

La misteriosa belleza de las salinas (o sabkhas) de Catar es el resultado de que el agua salada entre en contacto con los bajíos, dando a estas llanuras su aspecto característico como con sal incrustada. En el camino a Khor al Adaid (el mar interior), verás muchas sabkhas y, si tienes suerte, al nocturno geco de arena del golfo.

Te sorprenderán los exuberantes oasis verdes que se encuentran en Purple Island y Al Thakhira Beach. Estos manglares son verdaderas maravillas ecológicas que actúan como sumideros de carbono y acogen aves, peces y gasterópodos. Los árboles de los manglares grises y blancos prosperan en estas aguas saladas, con temperaturas extremas, mareas cambiantes y altos niveles de agua. Se trata del lugar de descanso favorito de los flamencos durante la época de migración, por lo que te encantará explorar los manglares en un tranquilo paseo en kayak.

¿Sabías que los arrecifes de coral son el hogar del 25 % de todas las especies marinas? Catar es el país del golfo más rico en arrecifes de coral. Los mejores se pueden encontrar en la costa noreste y en torno a la isla Al Aaliya, una reserva y hábitat nutricional para una gran variedad de vida acuática y especies en peligro de extinción como las tortugas carey.

Los fondos de pastos marinos del golfo se encuentran entre los ecosistemas más productivos del planeta, con una fantástica capacidad de absorción del carbono, como ocurre en los manglares y marismas. Las algas marinas son la dieta básica de reptiles marinos, peces y mamíferos como las sonrientes vacas marinas. 

Nuestras famosas playas y cálidas aguas color turquesa no sirven solo para nadar y practicar deportes acuáticos, sino que también son lugares maravillosos para descubrir aves y vida marina, ver interesantes formaciones rocosas y recorrer a pie kilómetros de arena. Date una vuelta por la playa virgen de Zekreet, la tranquila y paradisíaca playa de Simaisma o el arrecife de la playa de Dukhan; hay muchas playas salvajes donde puedes disfrutar de un pícnic o incluso pasar la noche.