Tras el ayuno, llega el banquete: desde el iftar hasta el ghabga (otra comida nocturna más grande y festiva), lo mejor del Ramadán ocurre por la noche. A pesar de ser un mes conocido por su ayuno, existe una buena cantidad de platos que se cocinan expresamente durante el Ramadán. Aunque cada familia tiene sus propios platos favoritos, algunos han presidido las mesas de iftar durante décadas y son esenciales en todas las mesas de Ramadán cataríes, como por ejemplo:
- Harees: hecho de carne macerada con trigo, aceite de oliva y canela.
- Al Thareed: pan sin levadura crujiente con sopa hecha de cordero, pollo o verdura.
- Al Luqaima: masa frita cubierta con sirope de azúcar, normalmente, con sabor a rosa o agua de azahar.
La ciudad cobra vida después del iftar, y la mayoría de espacios públicos (tiendas, restaurantes, recintos culturales) reabren tras estar cerrados mayoritariamente durante el día. Se recitan oraciones Taraweeh especiales en las mezquitas tras la última oración del día (Isha) con el objetivo de completar la lectura del Corán cuando acaba el mes.